El potencial neuroplástico de un niño en sus primeros 5 años de vida es el mayor que tendrá a lo largo de su vida, por lo tanto, al recibir una intervención temprana de forma sostenida, tiene mayores posibilidades de cambiar la trayectoria de su desarrollo.
Importancia de la intervención temprana en niños con Trastorno del Espectro Autista (18 meses a 30 meses).
- Mejora el pronóstico general para el niño en su desarrollo cognitivo, socioemocional y motor. Y en su procesamiento sensorial.
- Previene dificultades asociadas a una trayectoria atípica en su desarrollo y a la mantención de una disfunción sensorial mantenida en el tiempo.
– Evita o disminuye trastornos del sueño o de ansiedad.
– Mejora las posibilidades de inclusión educativa.
– Mejora la calidad de vida para la familia.
SIGNOS DE ALERTA DURANTE LA NIÑEZ
Lactantes: Los bebés se muestran poco alerta y desinteresados por su entorno, pueden permanecer largas horas en la cuna sin demandar atención o dormir demasiado. Otros bebés pueden ser muy irritables, con dificultad para calmarse en los brazos de su madre y problemas en
el sueño.
3 – 4 meses: La sonrisa social no aparece pese a que pueden impresionar como si estuvieran
contentos/as. Se conectan muy poco con el rostro de la madre. No prestan atención a las personas, no distinguen a personas cercanas de las que no lo son. Hay desinterés por la interacción y el juego. Los horarios de sueño y alimentación pueden estar invertidos o alterados.
9 meses: No se observa balbuceo o es muy pobre. El contacto visual está alterado, se observa escaso o nulo seguimiento visual, orientación al nombre, imitación simple, escasas o nulas respuestas sociales recíprocas, dificultades para desenganchar adecuadamente la atención.
12 a 18 meses: No balbucea o solo hace ruidos, no hace gestos (señalar, decir adiós con la mano), menor uso de contacto ocular, no reconoce su nombre, no señala para pedir, no muestra objetos.
No dice palabras sencillas, no aparece juego simbólico, no comparte intereses (atención conjunta).
En la página del proyecto FirstWords de la Universidad de Florida, aparecen recogidos los indicadores tempranos o los Red Flag, para el autismo, para los 18 y los 24 meses, los que incluyen:
Comunicación social:
- Uso limitado de gestos, como dar, mostrar, saludar agitando la mano, aplaudir, señalar o asentir con la cabeza.
- Retraso en el habla o falta de balbuceo o conversación social.
- Emisión de sonidos extraños o uso de un tono de voz fuera de lo común.
- Dificultad para utilizar al mismo tiempo gestos, contacto visual, sonidos o palabras.
- Imitación de otras personas o juegos simbólicos, limitados o nulos.
- Interrupción en la utilización de palabras que solía decir.
- Uso de la mano de la otra persona como herramienta (por ejemplo, poner la mano del
padre sobre un frasco para que lo abra). Instrumentalización. Interacción social: - No mira directamente a las personas o es difícil hacer que lo mire a usted.
- No tiene expresiones cálidas o de alegría.
- No responde cuando alguien lo llama por su nombre.
- No llama su atención hacia las cosas ni le muestra objetos que le interesan.
- No comparte intereses ni disfrute con otras personas.
Conductas repetitivas e intereses marcados por cosas específicas - Mueve las manos, los dedos o todo el cuerpo en formas inusuales.
- Crea rituales, como alinear objetos o repetir palabras, acciones o comportamientos, una y otra vez.
- Concentra mucho la atención en tipos de objetos inusuales, como cucharas de madera, piedras, respiraderos o topes de puertas, o tiene mucho apego hacia ellos.
- Tiene un interés excesivo en objetos, acciones o actividades específicas, lo que interfiere con su interacción social.
- Tiene intereses sensoriales fuera de lo común, como oler objetos o mirar con el rabillo del ojo.
Tiene reacciones exageradas o pobres hacia ciertos sonidos, texturas u otros estímulos sensoriales.
Detección específica a partir de los 36 meses
- Comunicación: déficit en el desarrollo del lenguaje, pobre respuesta a su nombre, deficiente comunicación no verbal, (p.e. no señalar y tener dificultad para compartir un “foco de atención” con la mirada), fracaso en la sonrisa social para compartir placer y responder a la sonrisa de los otros.
- Alteraciones sociales: imitación de acciones simples limitada, no “muestra” objetos a los demás, se observa falta de interés o acercamientos extraños a los niños de su edad. Escaso reconocimiento o respuesta a la felicidad o tristeza de otras personas, no realiza juegos de ficción:
no representa – con objetos o sin ellos – situaciones, acciones, episodios, etc. (p.e. no se une a
otros en juegos de imaginación compartidos), fracaso a la hora de iniciar juegos simples con otros o participar en juegos sociales sencillos. - Alteración de los intereses, actividades y conductas: hipersensibilidad a los sonidos y al tacto,
inusual respuesta sensorial (visual, olfativa). Manierismos motores. Morder, pegar, agredir a
iguales, oposición al adulto. Insistencia en la igualdad y/o resistencia a los cambios en situaciones
poco estructuradas. Juegos repetitivos con juguetes (p.e. alinear objetos, encender y apagar
luces…).
Detección específica a partir de los 5 – 6 años
A esta edad el cuadro ya es claro y está completo.
- Alteraciones de la comunicación: Retraso del lenguaje que persiste. En niños que presentan lenguaje, este puede tener una entonación rara o inapropiada, puede existir ecolalia inmediata o
diferida o vocabulario inusual para su edad. Limitado uso del lenguaje para comunicarse y tendencia a hablar espontáneamente solamente sobre temas específicos de su interés. - Alteraciones sociales: Dificultad para comprender y unirse al juego de otros niños o intentos inapropiados de jugar conjuntamente, por ejemplo, jugar sólo a cosas de su interés, querer mandar el juego, frustrarse al perder, no perseveran en el intento por unirse al juego de otros.
Puede molestarse o resistirse si se le saca de su foco de interés. - Limitación de intereses, actividades y conductas: Ausencia de flexibilidad. Juego imaginativo, pobre y poco cooperativo. Pobre variedad en el juego. Pueden generar juego simbólico e imaginario, pero frecuentemente son copias de dibujos animados, películas o juegos de internet.
- Dificultad de organización en espacios poco estructurados: necesitan de rutinas específicas, les cuesta adaptarse a los cambios.
Adolescencia
La adolescencia puede representar un periodo de perturbación con reaparición de síntomas y trastornos previamente superados, con aumento de la labilidad emocional, episodios depresivos, insomnio, trastornos alimentarios, crisis epilépticas convulsivas, así como conductas problemáticas como autoagresiones, cambios explosivos de humor, conductas heteroagresivas, agitación e hiperactividad. El surgimiento de impulsos sexuales no implica casi nunca el desarrollo
de motivaciones de ese tipo con relación a otras personas, rara vez existe el otro como objeto de deseo sexual (Rivière, 1997).
Edad adulta
En la vida adulta, la mayor parte de los casos sigue requiriendo asistencia y ayuda profesional, por ejemplo, para ser guiados en sus actividades laborales, así como también, deben seguir siendo
ayudados por personas cercanas en su contexto inmediato. Necesitan además ambientes poco complejos, ordenados y fáciles de comprender (Breinbauer, 2003). Cuando reciben la atención temprana adecuada, la vida adulta suele ser satisfactoria, pudiendo acercarse a un grado aceptable de equilibrio entre inflexibilidad y variación (Rivière, 1997).